La ciudad española de Málaga ofrece esa intensa combinación de lo antiguo con lo moderno, el mar con la historia, la gastronomía con el aire de flamenco que lo envuelve todo. Si no tenés más de dos días para conocer esta bella ciudad te sugerimos un tour para que te lleves los mejores recuerdos.

El sur de España te deja esa sensación de que siempre hay que volver. Nunca se tiene el tiempo suficiente como para recorrerlo todo a fondo porque hay mucho para conocer, probar, experimentar. Y esa es una de las razones porque las cuales el viajero regresa una y otra vez.

Un día en el Centro histórico

La mañana es para caminarla por una de las calles más emblemáticas de la ciudad: la calle Larios, peatonal, animadísima y llena de tiendas. El paseo desemboca en la Plaza de la Constitución, perfecta para sentarte a tomar algo, en especial una de las nueve formas distintas de tomar un café, como por ejemplo, un “sombra” , que es tres cuartos de leche y un cuarto de café.

A 5 minutos de caminata está la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación, “La Manquita”, como se la conoce comúnmente porque cuando la estaban construyendo se paralizaron las obras y se quedó sin construir la torre sur. No hay que dejar de subir a las propias cubiertas de la Catedral a casi 50 metros de altura, las vistas desde allí son incomparables.

Merece la pena continuar el paseo por la encantadora calle de San Agustín, donde además está el Museo Picasso de Málaga, con 230 obras inmortales de este ícono español del arte moderno.

Comer rico entre monumentos de la historia

La Alcazaba es un palacio fortaleza que los gobernantes musulmanes construyeron en el siglo XI en el monte Gibralfaro. A sus pies hay un Teatro Romano que funcionó  hasta el siglo III d.C.A. el área es para despertar al paladar por sus que tabernas tan típicas como El Pimpi, cuyos platos tradicionales ha probado desde la familia Picasso hasta Carmen Thyssen o Antonio Banderas. No hay que dejar de comer en Antigua Casa de Guardia o Restaurante El Chinitas donde probar la famosa porra antequerana con vino dulce. Se trata de una sopa fría con pan duro que incluye morrones, jamón, atún trozado y tomates bien maduros.

Las terrazas de la plaza de la Merced, donde se encuentra la Fundación Picasso Museo Casa Natal es especial para el cafecito de la media tarde. Allí nació el genio malagueño y vivió los primeros años de su vida. En el área está también la iglesia de Santiago, donde Picasso fue bautizado.

Atardecer desde un castillo

El Castillo de Gibralfaro tiene ingreso desde La Alcazaba  Gibralfaro. Hay un centro de interpretación para conocer la historia del castillo y descubrir las fantásticas vistas de la ciudad, de la bahía de Málaga o la Plaza de Toros de La Malagueta. De hecho, junto al castillo y al Parador se ubica el famoso mirador de Gibralfaro, un sitio que se transforma en algo mágico hacia la hora del atardecer.

Otro día a pleno Mediterráneo

A puro arte contemporáneo

El Barrio de las Artes es el emblema del arte urbano de la ciudad. En la zona comprendida entre la avenida de la Alameda Principal y el Muelle Heredia hay una galería de grafitis a cielo abierto demostrando que es verdad ese mote de “barrio rebelde” conque se conoce a esta zona malagueña. El CAC Málaga – Centro de Arte Contemporáneo de la ciudad-  está instalado en un antiguo mercado de mayoristas y expone obras de Juan Muñoz, Tony Cragg o Sigmar Polke.  Hay gran cantidad de locales para desayunar y comer. No hay que irse si disfrutar de  los tradicionales churros de Casa Aranda, cerca del mercado de Atarazanas y de paso visitar este último, toda una experiencia.

Sobre la costa

El paseo marítimo de Pedragalejo está un poco retirado de la ciudad, le dan fama a esta zona sus chiringuitos y restaurantes junto al mar. Es el momento de probar los boquerones, la fritura malagueña y sobre todo los espetos de sardinas, todo un clásico de la gastronomía malagueña. Seguro que en el propio paseo se verán barcas llenas de arena donde se hace un fuego para que las sardinas se asen a las brasas.

De regreso a la ciudad, el día puede continuar por la Playa de la Malagueta, donde sacarse la clásica foto con el letrero gigante que da nombre al lugar. Justo al lado está el Muelle 1, una zona comercial y de ocio donde aprovechar para hacer  compras. Imperdible llegarse hasta la sede del Centre Pompidou Málaga, con obras de Francis Bacon, Alexander Calder, Marc Chagall, para  continuar la tarde caminando por el paseo de la Farola hasta llegar a la propia Farola, un faro construido en 1817 y esperar a que caiga la noche para cenar en alguno de los restaurantes de la zona.

Otra opción es retornar hacia el Muelle 2 y pasear por El Palmeral de las Sorpresas hasta llegar de nuevo al centro histórico. Justo en esta zona del puerto hay una enorme noria que alcanza los 70 metros de altura y que te encantará como mirador. Una vez en el centro, hay que aceptar la invitación a tomarse una copa en la azotea de algún hotel.

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