Uno de los países más castigados por la pandemia va camino a la reapertura económica, pero no todos los sectores están muy felices con la situación que viven y salen a la calle a protestar.

Se habían manifestado al principio de marzo, pero ahora vuelven a salir. Especialmente en Milán y en el norte. Los agentes de viajes italianos no aguantan más. Ahora pueden abrir, pero no hay nada que vender porque el Gobierno sigue sin concretar las condiciones para viajar. Y también porque muchos hipotéticos clientes están en la ruina económica. Salir de esto no será fácil.

Los anuncios de cierres de agencias de viajes se multiplican en toda Italia. Los días, las semanas y los meses se suceden sin que se normalice el negocio. Y sin que lleguen las ayudas, pese a que en Italia hay más líneas disponibles que en España.

Tal es el clima, que se han volcado en la calle, en casi todas las ciudades del país. En Florencia, Turín, Milán y en la mayor parte de las ciudades del norte. Están lanzando un llamamiento urgente a las instituciones, que no terminan de responder, pese a que abundan las buenas palabras.

Como era de esperar, el asunto se está politizando porque Matteo Salvini, el líder de la derecha, sí se ha mostrado cercano a la problemática. Y también el ex-ministro de Turismo, Gian Marco Centinaio. Los dos también comparecieron ante la prensa, ilimitadamente críticos con el gobierno.

Las agencias esperan ahora que se concreten a la mayor brevedad los fondos europeos porque, de continuar las cosas así, cuando llegue el dinero ya no quedarán agencias abiertas.

La crisis en otros subsectores del turismo es menos aguda, aunque los problemas se extienden por toda la cadena de producción. Desde todo punto de vista, Italia tiene una industria turística mucho más atomizada, con empresas más pequeñas incluso que en España, muy especialmente entre la hotelería y las agencias de viajes.

Fuente: https://tg24.sky.it