Jul
2024
27
Jul
2024
27
Sábado clear 10.3 °C

Alimenta el amor con el "suspiro limeño"

07/02/2024 11:06 Hs.

Alimenta el amor con el "suspiro limeño"

07/02/2024 11:06 Hs.

Compartí esta nota

El 14 de febrero se celebra San Valentín y un postre de pura raigambre peruana puede ser la elección perfecta para elevar la apuesta. ¿Conocen su historia?

El suspiro limeño es una de las joyas de la repostería peruana, broche de una gastronomía que de artesanal ha pasado a tener ribetes de filigrana. Es, además, un símbolo de la cultura peruana, costeña. Es integrador, consumido por todas las sangres, por visitantes de afuera y del interior y justamente por esas características que seducen al paladar, es que se le reconoce como producto bandera. Es amable.

La historia del porqué de su nombre está rodeada de leyendas más que de certezas, pero al parecer tiene su trasfondo romántico.

Se dice que, hace más de un siglo, la esposa del poeta José Gálvez Barrenechea le preparó una natilla similar al dulce de leche y le agregó una cubierta de merengue. A él le gustó tanto el platillo que le puso este nombre evocador.

El postre, también conocido como suspiro de limeña, es considerado por muchas personas la manera en que el poeta muestra su profunda admiración por la capital de Perú; en la actualidad se considera un básico de los restaurantes y de las cocinas caseras. Se prepara con una lata de leche evaporada y una de leche condensada y el merengue se endulza con oporto.

La biznieta del gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres, Josie Sison Porras de la Guerra, tuvo el privilegio de probar el auténtico postre preparado por las mismísimas manos de su creadora, y ésta le contó la historia original de uno de los dulces emblemáticos de la repostería peruana.

En su libro El Perú y sus Manjares, Sison cuenta que, doña Amparo Ayarza, cocinera experta y esposa enamorada, quiso agasajar a su esposo, el poeta José Gálvez, y en una noche en que éste retornaba a casa del trabajo, cerca de la Iglesia Santa Rosa, lo recibió con un dulce en el que mezcló manjarblanco con yemas de huevo y merengue con almíbar. Al probarlo, su esposo le comentó que era tan suave y dulce como el suspiro de la mujer limeña. Y de ahí a la historia de la gastronomía peruana fue solo un paso.

Cómo hacerlo

Ingredientes
1 lata (355 mililitros) de leche evaporada
1 lata (414 mililitros) de leche condensada
8 yemas de huevo grandes, más 2 claras de huevo
1 cucharada de esencia de vainilla
½ taza más 2 cucharadas /120 gramos de azúcar granulada
1 taza/250 mililitros de oporto tinto
Canela en polvo para decorar

Preparación

  1. Vierte la leche evaporada y la leche condensada en una cacerola mediana a fuego medio. Cuece, removiendo con frecuencia con una espátula flexible hasta que la mezcla espese y tenga la textura de la leche condensada; se debe oscurecer y se debe ver el fondo de la cacerola al pasar la espátula, unos 30 minutos. Retira del fuego.
  2. Añade las 8 yemas de huevo y el extracto de vainilla a un tazón mediano; bate para mezclar. Mientras bates, añade lentamente un chorro constante de la mezcla de leche caliente hasta que se integren. Reparte en 6 u 8 copas de postre; refrigera hasta que se necesite. (La base de las natillas se puede refrigerar hasta 4 días antes de servir, pero la cobertura de merengue es mejor prepararla justo antes de servir).

¡Sumate a nuestras redes!
Facebook
1.6k
X (Twitter)
1.7k
Instagram
5.6k
Enlace Turístico
por Canal Metro
Domingos 20:30 hs