Con el anuncio del fin de la política "Covid Cero" a partir del 8 de enero se produjo un "efecto champán" y millones de chinos saturaron los portales de ventas pasajes aéreos en un martes absolutamente loco. Pero no todo es color de rosa.

En la primera media hora tras el anuncio, el portal de viajes Trip.com dice haber visto cómo se multiplicaban las consultas por diez respecto a un periodo normal. La agencia online Qunar indicó que las ventas se habían multiplicado por siete en pocos minutos después del anuncio oficial.

Pero países como Japón, uno de sus destinos preferidos, anunció que todos los viajeros procedentes de China deberán presentar un certificado Covid.

Hay que recordar que el próximo 22 de enero es el Año Nuevo chino, momento de visitas familiares, habitualmente punto de máxima actividad viajera en el país. Queda por comprender cómo reaccionará el ciudadano del gigante asiático, hasta ayer bombardeado con el miedo al Covid. Los medios han detectado reacciones encontradas en un primer momento.

Adios a casi tres años de encierro

El gigante asiático se prepara para volver al mapa turístico después de cerca de tres años marcados por las durísimas restricciones.

China, la primera potencia emisora de turistas del planeta y el único gran país que aún mantiene unas severas restricciones para frenar la pandemia, dará un giro radical a su política de Covid cero.

En cuestión de días, a raíz de las crecientes protestas de la población, dirá adiós a los confinamientos, a las pruebas PCR masivas y al cerrojazo turístico que mantenía desde el 28 de marzo de 2020.

La Comisión Nacional de Salud de China ha anunciado que el próximo 8 de enero desaparecerán las cuarentenas de entrada al país y se facilitarán de nuevo las visas, principalmente para viajes de negocios, de estudios y para familiares de residentes extranjeros.

Según informa El Mundo, las autoridades sanitarias también se han comprometido a “restaurar el turismo de salida de los ciudadanos chinos”. No obstante, puntualizan que será “de manera ordenada”.

La esperada reapertura del turismo internacional en el gigante asiático traerá consigo, como no podía ser de otra manera, un aumento vertiginoso de la demanda de billetes de avión. Las aerolíneas, por su parte, podrán volver a volar de forma regular a China sin las restricciones vigentes desde el inicio de la pandemia. Todo esto debería traducirse en una rebaja considerable de los precios, en estos momentos disparados.

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