La situación política desatada tras la detención del entonces presidente Pedro del Castillo y el reclamo de muchos sectores sociales tras la asunción de Dina Boluarte está espantando definitivamente al poco turismo que quedaba en el país. Ahora el ministerio de Cultura, que gestiona Machu Picchu, ha cerrado el lugar a las visitas turísticas, para garantizar la seguridad de los viajeros.

Las limitaciones entraron en vigencia hoy, domingo 22 de enero, y durarán varias semanas según los funcionarios. Los turistas que tengan boletos para escalar la montaña a partir del 21 de enero son elegibles para un reembolso.

Se llamó a la policía nacional para sofocar la violencia que estalló a raíz de la decisión. El jueves, PeruRail suspendió sus servicios desde y hacia Machu Picchu.

“Lamentamos las molestias que esto causa a nuestros pasajeros, sin embargo (es) debido a una situación fuera del control de la empresa debido a las protestas en Cuzco”, dijo el comunicado, según CNN.

Segun Infotur Latam quedaban muy pocos turistas en la zona porque el aeropuerto de Cuzco, la ciudad a la que hay que volar para visitar las ruinas incas, estuvo sometido a varios cierres. Pero las cosas se han agravado este fin de semana con varios atentados a las vías férreas de las dos compañías de trenes que enlazan Cuzco y Ollantaytambo con Aguas Calientes, la base desde la que se sube a Machu Picchu. No hay otra manera de acceder a las ruinas, lo que puesto en riesgo el ferrocarril, el cierre parece inevitable.

Más allá de esto, las calles están viviendo episodios constantes de violencia. Desde que se desató la ola de violencia, unos 580 policías han resultado heridos. Puno, cercano a la frontera con Bolivia; Juliaca, también en las inmediaciones; Cuzco, la antigua capital inca, y Arequipa, la segunda ciudad del país, en el sur, son los lugares más conflictivos. Por su parte, ha habido incidentes en Lima, por el intento de toma de la ciudad por parte de las fuerzas vinculadas con el destituido Pedro del Castillo.