Uno de los últimos estrenos de Netflix, un thriller fantástico ambientado en los años 90 en el que dos hermanas se enfrentan a una nueva realidad. Descubren que sus padres participaron en un ritual con un desenlace mortal. Mira las locaciones de el pueblo andaluz donde se rodó la serie “Feria”.
Las grabaciones de series y películas convierten a los escenarios naturales escogidos como sets en nuevos puntos a apuntar en una ruta del destino. Así ha pasado con Game of Thrones y las diferentes localizaciones. Como San Juan de Gaztelugatxe o las Bardenas Reales, los diferentes decorados de Madrid de La Casa de Papel. Los enclaves del convento de Santo Domingo de Jerez o Sotogrande que han acogido el rodaje de la serie The Crown.
Uno de los últimos estrenos de Netflix que está dando mucho que hablar es Feria: la luz más oscura. Un thriller fantástico ambientado en los años 90 en el que dos hermanas se enfrentan a una nueva realidad, tras descubrir que sus padres participaron en un ritual con un desenlace mortal.
El pueblo andaluz donde se rodó la serie “Feria”: Zahara de la Sierra, Cádiz.
Situada en el interior del parque natural Sierra de Grazalema, junto al gran embalse de Zahara-El Gastor, esta villa serrana. Pertenece a la Ruta de los Pueblos Blancos, destaca por sus coquetas casas blancas y por su rico patrimonio. Declarado Conjunto Histórico, este pueblo data de la época musulmana de la que se conserva, además, el típico entramado urbano andalusí.
Lo mejor para obtener una primera panorámica de este bello rincón es ir al Mirador de Zahara de la Sierra, situado justo en la entrada. A continuación, es momento de echarse a andar por sus calles encaladas para descubrir sus casas tradicionales con floridos balcones, sus miradores interiores y sus fuentes naturales. Por ejemplo, la de la Higuera o El Pilar, repartidas por todo el pueblo en aquellos lugares en que las oquedades permiten la salida de agua fresca proveniente de los acuíferos serranos. Hay que parar, también, en la plaza del Rey, donde se ubica el Ayuntamiento, y en la de Lepanto, una de las más antiguas. Así como cruzar la calle Ronda, donde se encuentran los mejores bares para hacer un break.
La iglesia de Santa María de la Mesa, que data del siglo XVII, es uno de sus imprescindibles. Desde fuera ya se puede apreciar su portada barroca de mármol rosa y una segunda entrada conocida como la Puerta del Perdón. Una vez en su interior hay que prestar atención al órgano del siglo XVIII que está instalado sobre un arco de medio punto que cubre el cancel de entrada de la puerta principal. Así como al Retablo Mayor de estilo barroco.
Muy importante es, también, la capilla de San Juan de Letrán. Una pequeña iglesia construida en 1958 sobre el solar que ocupó la ermita del mismo nombre, de la que solo se conserva lo que constituía el campanario, del siglo XVI. Hoy es conocida, debido a la instalación a principios de siglo de un reloj de péndulo en su planta superior, como la Torre del Reloj.
Para finalizar la ruta no hay que perderse los restos de su castillo de los siglos XIII al XV del que se conserva algunos lienzos de la muralla y la torre del Homenaje. Situada en su cota más alta a 605 metros sobre el nivel del mar. Esta última cumplía la función de ser el único reducto donde refugiarse en caso de que hubiera caído el resto de la villa.
Una vez visto todo es momento de sentarse en una de sus muchas terrazas o restaurantes para degustar lo mejor de la gastronomía de la zona. Se pueden encontrar platos típicos como los quemones de cebolla, las sopas hervías y los borrachos azucarados. Manjares que se dan sobre todo durante la fiesta del Corpus Christi, declarada de Interés Turístico Nacional.
Los amantes de la naturaleza no pueden dejar de hacer la ruta senderista de La Garganta Verde. Un espectacular cañón de roca originado por el azote de las aguas del arroyo Bocaleones que acaba en una cavidad conocida como Cueva de la Ermita. Está ubicada a tan solo 5 kilómetros del pueblo. Además, este enclave es el hábitat de una importante colonia de buitres leonados. Para poder acceder es necesario solicitar autorización a la Consejería de Medio Ambiente ya que se trata de una zona de acceso restringido. Además, en el embalse de Zahara-El Gastor se pueden realizar diferentes actividades acuáticas, aunque eso sí, no está recomendado el baño. Para eso ya está la playa artificial, situada en el Área Recreativa de Arroyomolinos. Este lugar es perfecto para echar el día en familia ya que cuenta con todo tipo de servicios, incluido un restaurante.
Otro de los recorridos que se puede hacer es el sendero señalizado de ‘El Pinsapar’. Una ruta que atraviesa el paisaje único del bosque de pinsapos. La rara especie arbórea que solo se encuentra en las sierras de esta zona, y que acaba en el puerto de las Cumbres y El Pinsapar.
Fuente: ABC Viajar