En la provincia de Buenos Aires existe una ciudad donde el turismo religioso es su principal motor. Además de venerar la imagen de la Virgen del Rosario, los peregrinos de San Nicolás de los Arroyos no se pierden de visitar increíbles espacios verdes.
A 250 kilómetros de la Capital Federal, podemos encontrar un destino de paz, tranquilidad, belleza y religiosidad que espera a turistas y a montones de peregrinos cada año para convertirse en uno de los lugares más visitados de la provincia de Buenos Aires.
La esencia mística
La ciudad fue fundada el 14 de abril de 1748 por Rafael de Aguiar, quien le concedió el nombre de “San Nicolás” en referencia al santo del cual era devoto: San Nicolás de Bari. Actualmente, muchos peregrinos optan por este lugar para venerar la imagen de la Virgen del Rosario. La historia cuenta que el 25 de septiembre de 1983, una mujer nicoleña presenció la aparición de la Virgen, quien le encomendó la construcción de un templo en la zona conocida como “El Campito”, el cual hoy es visitado por enorme cantidad de creyentes.
San Nicolás de los Arroyos
Así es como también se reconoce a este destino que se encuentra rodeado de espacios verdes, arroyos, islas y ríos, la naturaleza desborda a orillas del río Paraná. Lo cual se convierte en un atractivo más que se complementa con quienes van a visitar el Santuario de la Virgen del Rosario. Pero además de su turismo histórico o religioso, se puede realizar también turismo rural, recorrer la ciudad, sus museos, la Iglesia Catedral y sus monumentos o bien realizar deportes al aire libre, navegar y realizar excursiones de pesca.
Puntos clave en la ciudad
Para conocer la idiosincrasia de este lugar santificado, es imperdible la visita a la Catedral de San Nicolás, que se encuentra bajo la advocación de San Nicolás de Bari. Allí, con sus callecitas impregnadas de vida y tranquilidad de barrio, los visitantes se aglomeran en la puerta del establecimiento para recorrer una pequeña feria de dos cuadras de largo donde se encontrará todo tipo de merchandising religioso para llevarse como souvenir. Artesanías, agua bendita, figuras religiosas, rosarios, llaveros y todo tipo de elementos captan la atención de quienes hasta allí lleguen.
Y, por supuesto, en un viaje a San Nicolás nadie puede olvidarse de visitar el Museo Municipal, que exhibe testimonios sobre la historia, la cultura, la educación y las tradiciones del lugar y que guarda también extensa y valiosa documentación sobre la vida en San Nicolás de los Arroyos.
