La cuarentena recién empezó y parecería que estamos encerrados desde hace meses. Paciencia, todo pasa, nos decía el filósofo futbolístico Julio Grondona cada vez que se enfrentaba a un revés dirigencial.
Decíamosque pasaron sólo 10 días del inicio de la cuarentena y el mundo mutó tantasveces que no le podemos seguir el ritmo, aunque a veces mejor no estar tanactualizados, porque las noticias son tan iguales, repetidas y alarmantes queterminan por perder el interés del público. A pesar de eso, también existennoticias que intentan llevar un poco de calma que permita seguir adelante.
En muchasoportunidades he criticado la poca importancia que parecían darse los dirigentesdel sector frente a los funcionarios de turno. La interacción público-privadoestaba sobrevalorada frente a la realidad que se viene manifestando en un paístan golpeado económica y socialmente como Argentina.
En esecontexto, la actividad turística en su conjunto una vez más se dirigía alprecipicio del ¡SÍ MINISTRO!
Pero llególa pandemia y de alguna manera los dirigentes del sector lograron hacer entendera los funcionarios de turno que la actividad turística es mucho más que viajes,sean éstos por negocios o por placer.
Y aquí deboinsertar un paréntesis y reconocer que el trabajo de hacer que los funcionariosentiendan el alcance económico de la actividad turística es casi titánico, y dea poco lo van logrando. Falta, es cierto, pero han logrado que entiendan que noson sólo agentes de viajes, hoteleros y compañías aéreas; y si no hay una ayudadel Estado, no serán ellos los únicos perjudicados.
De la mismaforma que hemos declarado hasta el cansancio que el turismo es una actividadque impacta sobre la sustentabilidad de las economías regionales, la ausenciade turismo también impacta, pero en forma negativa.
Muchos de losactores del turismo de hoy son empresarios que viven casi al día en nuestro país,a lo cual se le debe agregar las dificultades que conlleva ser empresario en unpaís como Argentina, sin líneas de crédito, sin previsibilidad, sin capacidadde ahorro, y con leyes que sólo aplican para aplacar la voracidad del Estado.
De la mismaforma que muchas veces los critiqué -con el enojo de más de uno de ellos-, hoydebo decir que van por el mejor camino posible, el de marcar la cancha, y decir¡¡ACÁ ESTAMOS NOSOTROS!!, que somos mucho más de lo que creen, pero que no loven.