Todo un símbolo del turismo de Río de Janeiro, y con 96 años de vida, el mítico hotel se enfrenta a una situación inédita: cerrar por primera vez sus puertas debido a la baja de las reservas motivadas por la crisis del Covid-19.
“Cerramos las puertas desde este viernes y hasta finales de mayo”, confirmó a Efe un portavoz del hotel que ocupa el famoso palacete de estilo art déco en medio de Copacabana, la playa más famosa de Brasil.
El último huésped abandonó el hotel el pasado lunes y la edificación fue cercada a primera hora de este jueves con gradas de protección pero el palacete seguía con sus puertas abiertas y todos los empleados en sus puestos de trabajo.
Tan solo permanecen como huéspedes desde el viernes el cantante brasileño Jorge Ben Jor, que vive desde 2018 en uno de los pocos apartamentos completos que el Copacabana Palace ofrece en una edificación anexa, y Andrea Natal, la administradora del hotel.
Este hotel cinco estrellas fundado en 1923, incluido en la lista del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil y administrado por la red Belmond, es famoso por sus lujosas fiestas de disfraces en el carnaval y por su envidiable listas de huéspedes, que incluye la mayoría de las estrellas de Hollywood o de rock que han pasado por esta ciudad brasileña.
En sus 293 habitaciones se han alojado desde los miembros de la banda Rolling Stones, que ofreció un multitudinario concierto gratuito en un escenario montado en la playa de Copacabana exactamente frente al hotel, hasta Lady Gaga y Janis Joplin, que fue expulsada de la piscina por estar nadando desnuda.
A sus bailes de disfraces de Carnaval en sus salones de pisos de mármol y enormes lámparas de cristal han acudido huéspedes ilustres como Jayne Mansfield, Brigitte Bardot, Orson Welles, Ginger Rogers, Kirk Douglas, Kim Novak, Romy Schneider, Errol Flynn y Rita Hayworth.
El Copacabana Palace, de 12.000 metros cuadrados, nunca cerró las puertas en toda su historia y su baile de gala, celebrado desde 1924, un año después de la inauguración del hotel, solo fue suspendido en una edición, en 1973.
Pero la caída del turismo provocada por la expansión de la COVID-19 obligó a sus administradores a cerrar sus puertas para poder garantizarle el trabajo a sus 515 empleados.
La mayoría de ellos disfrutará de vacaciones colectivas mientras que cerca de 50 seguirán trabajando para encargarse de la limpieza, el mantenimiento y la seguridad.
En el comunicado en el que explicó su decisión, el grupo Belmond Copacabana Palace alegó que la industria del turismo es la más afectada en todo el mundo por el coronavirius.
La fuerte caída de las reservas ya había obligado a otros 60 hoteles de Río de Janeiro a cerrar sus puertas en la ciudad más turística de Brasil.
Según la Asociación Brasileña de la Industria Hotelera, la tasa de ocupación en los hoteles de Río, que se aproximó al 99 % tanto en la fiesta de fin de año como en el último carnaval, había caído al 70 % a comienzos de marzo y al 5 % la semana pasada.
De la crisis no escapó el Copacabana Palace que, cuando vio su tasa de ocupación caer por debajo del 40 %, suspendió las nuevas reservas tras concluir que era más barato cerrar temporalmente que financiar su costoso funcionamiento.
Con sus tres restaurante cerrados, el hotel tan solo mantendrá en actividad a partir de la próxima semana una de sus cinco cocinas para garantizar la alimentación de los empleados que permanezcan y de sus dos exclusivos huéspedes.
Fuente: https://www.efetur.com