La de 2020 será una temporada para olvidar en el sector turístico español. A los meses de cierre por el confinamiento, con las cuentas prácticamente a ‘cero’, se une ahora la incertidumbre por los más de 280 brotes de coronavirus registrados en las últimas semanas, que están empezando a frenar parte de lo recuperado desde el fin del estado de alarma.
El sector confiaba en que la reapertura de fronteras y la libertad de desplazamientos interiores desde el 21 de junio animaría la demanda turística en los meses de verano. Sin embargo, el miedo al contagio ha disparado las cancelaciones estos últimos días y las reservas han vuelto a caer a un ritmo acelerado.
“Ha habido cancelaciones y, además, han venido en tromba”, asegura a RTVE el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (APTUR), Miguel Ángel Sotillos, quien culpa al “aluvión de noticias de nuevos focos en algunas localidades” de la reducción de hasta el 70 % en las reservas realizadas. “Desde el jueves o viernes que empezaron a salir noticias de nuevos focos se ha parado casi por completo la petición de nuevas reservas y, una parte de las que tenemos, están siendo canceladas”, nos explica.
Según Sotillos, esto supone “una bomba atómica” para el sector dentro del poco volumen de reservas que están teniendo, por la dificultad de que esa plaza sea de nuevo ocupada. “No sabemos qué va a pasar, pero es muy complicado que podamos recuperar los niveles previos a los brotes en este momento”, lamenta.
Desde el sector observan con preocupación esta tendencia, que podría incluso agravar el impacto que ya tendrá de por sí la pandemia en la economía española. Según datos de Exceltur, la industria turístico podría cerrar el verano con una caída de ingresos superior a los 40.000 millones de euros respecto al 2019, sobre todo por el previsible descenso de las llegadas internacionales.
Esto tendrá un importante efecto en las cuentas del Estado, ya que el turismo representa el 12,3 % del Producto Interior Bruto (PIB) español y da empleo de forma directa a 2,62 millones de personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La propia ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, admitió este miércoles que se están produciendo cancelaciones en algunos destinos turísticos españoles, ante la "inseguridad" que generan los brotes. “Espero que las cifras vayan mejorando a medida que los controlamos”, aseguró durante un desayuno informativo de Europa Press.
Maroto destacó la importancia del plan de respuesta rápida aprobado por el Ministerio de Sanidad para dar certezas de que España está preparada, que se está haciendo una detección precoz y que hay un sistema sanitario preparado. "Teniendo la parte sanitaria segura, el consumidor tiene que estar seguro", remarcó.
Sin embargo, los brotes siguen creciendo por toda España. Según el vicepresidente de la Mesa del Turismo, Eugenio de Quesada, en declaraciones que recoge Efe, en Cataluña la demanda del turismo vacacional ha empeorado por el confinamiento voluntario decretado en Barcelona y su área metropolitana, lo que ha disparado las cancelaciones, que ya se extienden a la segunda quincena de julio y principios de agosto.
En Levante y Valencia, las previsiones son también negativas y solo un 30 % de la planta hotelera de Benidorm ha abierto y se aspira, a lo sumo, a un 40 % de ocupación. Mientras, en la Costa del Sol se mantienen establecimientos cerrados y en Málaga capital apenas ha abierto un 30 % de la oferta. Y, por si fuera poco, el turismo urbano se da por perdido hasta octubre, apuntó el vicepresidente.
La incertidumbre sobre los brotes registrados en las últimas semanas ha llegado hasta Francia, donde las autoridades han pedido este viernes a sus ciudadanos que no viajen a Cataluña, una de las zonas más afectadas. "La situación muestra indicadores sanitarios degradados. Recomendamos vivamente a los ciudadanos franceses que eviten desplazarse allí mientras no mejore la situación en ese territorio", ha dicho el primer ministro, Jean Castex.
El mandatario francés ya advirtió la semana pasada de que iba a discutir con el Gobierno la posibilidad de efectuar un cierre eventual de las fronteras, lo que significaría un duro golpe para España, por la imagen de inseguridad que transmitiría al resto del mundo. Si bien, la ministra de Industria, Comercio y Turismo espera que “no sea necesario” llegar a ese extremo y destacó que los datos de contagios en esta comunidad llevan “días mejorando”.
Mientras, para el presidente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVE), Martí Sarrate, esto es una “consecuencia directa” de lo que producen “las comunicaciones alarmistas y fuera de contexto” que se vienen realizando en las últimas semanas, y que “perjudica a la industria en este periodo de difícil comunicación”, subraya.
Por ejemplo, el presidente recuerda que Baleares, una de las economías con mayor dependencia del turismo, propuso una cuarentena de 14 días a los viajeros que provengan de zonas con mayor incidencia del virus, algo en su opinión “inviable y muy negativo”, sobre todo para una industria que intenta sobrevivir a las pérdidas desde el pasado mes de marzo.
Las organizaciones turísticas denuncian que la inexactitud en los datos está provocando una pérdida de confianza en el consumidor, ya que los datos que ofrecen algunos medios “no se corresponden con la realidad”.
Así, el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHTA), Luis Vaquero, pide que no se confundan las zonas y sus fases. Por ejemplo, en Aragón, ahora mismo se encuentran en Fase 2 la ciudad de Zaragoza y cuatro comarcas, y no la totalidad del territorio. Además, insiste en que las restricciones, a pesar de afectar al 70 % de la ciudadanía, al ser zonas muy pobladas, solo implican el 10 % del total.
En la misma línea, el presidente de APTUR asegura que “hablar de la situación geográfica del foco en genérico daña a todo el tejido económico”, ya que “no es lo mismo” decir que hay un foco en una localidad pequeña que en la provincia de Alicante. “Hay que medir cómo se transmite esa información”, advierte, pues el turismo es “muy sensible” y su demanda “rápidamente se ve afectada en cuanto cree que hay cualquier tipo de riesgo”.
Ante este contexto, denuncia Sotillos, los hosteleros tienen “una larga travesía por el desierto hasta Semana Santa de 2021”, cuando se espera que haya una vacuna que posibilite la vuelta a la normalidad. Mientras tanto, “viendo como están las noticias” y lo que estas influyen en la confianza del consumidor, el presidente augura “una hecatombe social y laboral” cuando finalice temporada de verano el 15 de septiembre.
Así, y con el fin de evitar males mayores, los empresarios piden ser muy precisos con la información sobre las zonas afectadas y apelan a la responsabilidad de todos para devolver al turismo la reputación que se merece.
Fuente: https://www.rtve.es