Las estrictas medidas de seguridad implementadas por las líneas aéreas hace que el riesgo de transmisión siga siendo extremadamente bajo.

Las compañías aéreas insisten: el riesgo de transmisión a bordo de un avión sigue siendo extremadamente bajo. Según los datos recabados por la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), “de los más de 20 millones de casos de Covid-19 contabilizados en todo el mundo, hay menos de 50 que se hayan producido en un vuelo”.
Esta cifra viene a demostrar que las medidas implementadas por las líneas aéreas, en estrecha colaboración con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), están dando sus frutos (Así es el plan de las aerolíneas para reducir el riesgo de contagio).
Pese a ello, el miedo de los ciudadanos persiste y, aunque en el mercado europeo se ha registrado un importante aumento del número de vuelos en las últimas semanas, llegando al 50% de la capacidad habitual para estas fechas del año, la demanda sigue sin despegar. El lobby aéreo prevé que el número de pasajeros disminuya un 60% en 2020, lo que representa alrededor de 705 millones de viajes menos que hace un año.

“Con una recuperación a los niveles de 2019 que ahora se desliza hacia 2024, el apoyo financiero, en formas que no carguen con más deuda a la industria, será necesario si se quiere evitar una contracción aún más aguda en la capacidad de las aerolíneas y los empleos”, advierte el vicepresidente de IATA para Europa, Rafael Schvartzman. A su juicio, resulta “desconcertante” que la Comisión Europea “continúe sentada de brazos cruzados” mientras que cada día de retraso en la toma de decisiones provoca que se ponga en riesgo “la viabilidad futura de una industria de la aviación sólida y competitiva”.

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