Tras los fracasos por encontrarle un comprador el gobierno mexicano no encontró una manera más original para desprenderse de su B737 destinado a los viajes presidenciales que organizar un sorteo con la Lotería Nacional.
Este martes tendrá lugar en México el sorteo de la Lotería Nacional en el que se rifa el avión presidencial, un Boeing 787 valorado en 130 millones de dólares, del que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que era “un insulto para el pueblo”. A escasas horas del sorteo, aun no se había vendido la totalidad de los boletos y muchos se preguntan ¿qué pasará si no se vendió el boleto afortunado?
“Cumplimos con la meta para pagar los premios, de modo que se va a llevar a cabo mañana la rifa por la tarde, a las 4”, dijo el lunes el presidente en rueda de prensa. “Todavía se pueden comprar. Va una comisión al evento: va la secretaria de Gobernación, el secretario de Hacienda y de Salud”, indicó el presidente en conferencia de prensa en el Palacio Nacional”.
“Todo lo que se obtenga será para comprar equipos médicos para hospitales. Una vez que se haga la rifa, vamos a presentar un informe del dinero obtenido. Todos esos recursos van al sector salud; se va a conocer la licitación de los equipos médicos que se van a comprar, de cómo se va a utilizar el dinero. A cada equipo se le va a poner una plaquita que diga: ‘Rifa del avión presidencial; aportación del pueblo 2020′”, anunció el presidente.
Al llegar a la presidencia, López Obrador, anunció que vendería el avión y devolvería las ganancias al pueblo como parte de una transformación radical de México que iba a empoderar a los marginados, terminar con la corrupción y erradicar la desigualdad.
Hasta la víspera del sorteo, se había vendido el 70% del total de los boletos puestos a la venta, que, en su mayoría, según algunos medios informativos, habían sido comprados por el propio Gobierno, lo que había generado un gran malestar popular. Entre la opinión pública se plantea qué pasará si el número de la suerte no está entre los vendidos o figura entre los comprados por el propio Gobierno.