En viajes por vacaciones o de negocios, la autonomía que otorga tener un auto y no depender de otros es un punto tan esencial como temido. A veces, el desconocimiento o los mitos a la hora de alquilar un auto es todo un desafío. ¡Desmitifiquemos!
- Los documentos necesarios son: licencia de conducir nacional vigente para alquilar en Estados Unidos y todos los países de América Latina.
En muchos países de Europa también es válido el registro de Argentina, pero en algunos se exige la Licencia Internacional. Antes de salir averiguen con su agente de viajes o en el Consulado del país donde piensan alquilar el auto, pero si tienen dudas y quieren viajar tranquilos es mejor tramitarlo.
- Siempre hay que llevar el Pasaporte que acredite su condición de Turista extranjero y una tarjeta de crédito para dejar en garantía en caso de que deban cobrarte una multa de tránsito.
- La duda es: alquilar con kilometraje ilimitado o con un máximo de xx cantidad de kilómetros por día. Ahí la respuesta la tiene exclusivamente cada uno de ustedes, si son de trasladarse entre una ciudad y otra y no manejan más que un par de horas diarias no se justifica pagar por kilometraje ilimitado.
- En cuanto al seguro, más vale estar cubierto, y antes que nada averiguar con su propia compañía y con las tarjetas de crédito qué tipo de cobertura tiene en el exterior si tiene un siniestro vial mientras conduce un auto alquilado. Una vez que sepa qué tiene o no contrate el seguro adicional para no ser sorprendido con cargos imposibles de pagar.
- Añadir un conductor adicional tiene costo y si es “sólo por las dudas” no vale la pena.
- No se confíe y alquile el auto al llegar a destino, por un lado no tendrá todas las categorías disponibles, se perderá alguna promoción y hasta corre el riesgo de que no tengan auto alguno.
Siempre pídaselo a su agente de viajes, él sabrá aconsejarlo en cuanto a la categoría, la empresa y la modalidad más conveniente para su estilo de viaje.
- Si va a alquilar el vehículo en una ciudad y entregarlo en otra, averigue bien los costos, no sea que los recargos terminen siendo mucho más caros que un pasaje en bus, tren o avión entre esas ciudades.