El Gobierno de Boris Johnson va a acabar con todos los controles vinculados al Covid desde el 26 de enero. Sería el primer país en pasar a considerarlo epidemia.
No a una, ni a dos, a todas. Desde el próximo 26 de enero, el Gobierno de Londres va a acabar con todos los controles vinculados al Covid, una vez que los casos de contagio están reduciéndose a gran velocidad.
Los medios de comunicación que publican la noticia afirman que en parte esta situación se debe a los problemas que está atravesando el primer ministro, Boris Johnson, como consecuencia de una fiesta en su casa de gobierno mientras todo el país estaba confinado. La impopularidad creada es de tal dimensión que la respuesta, entre otras cosas, incorpora el final de las restricciones a la pandemia.
En todo caso, desde el pasado viernes 7 de enero los vacunados pueden entrar al país apenas con una prueba de antígenos que tienen que hacerse dos días después de llegar. Hasta ese día era necesario una PCR, mucho más cara.
La vida diaria en el Reino Unido hoy apenas tiene diferencias con la vida antes de la pandemia, pese al elevado número de contagios. Aunque en muchos lugares es obligatorio el uso de mascarilla, prácticamente nadie vigila su cumplimiento y hay una amplia tolerancia en ello.
El país tenía unos 40 mil contagios diarios hasta mediados de diciembre. Entonces, con la variante Ómicron, los contagios fueron aumentando hasta llegar a principios de enero a los 230 mil al día, el récord. Sin embargo, esto no provocó un aumento significativo de los ingresos hospitalarios. Este viernes los contagios eran de menos de cien mil, en un proceso de reducción de casos constante.
El Gobierno y los científicos consideran que Gran Bretaña puede ser el primer país importante del mundo en iniciar un modelo de convivencia con el virus que pasaría de ser una pandemia a una epidemia.
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