República Checa lanzó una web de sabores checos para que puedas disfrutar la mejor gastronomía internacional desde tu casa. Descubrí trucos, sabores y nuevos platos para perfeccionar tus habilidades culinarias.
Nosotros elegimos las mejores recetas para que pruebes en tu cocina y pases una velada diferente viajando a República Checa a través del paladar ¿Un consejo? Acompañar con cerveza.
Reconfortante y deliciosa, la kulajda (se pronuncia kulaida) es una crema que se sirve como entrante en todos los hogares y restaurantes checos, uno de los platos más característico de la gastronomía local.
Sopa en checo se dice polévka, por eso muchas veces encontrarás el platillo como kulajda polévka. Hay varias teorías sobre el origen del nombre kulajda, pero la más aceptada aseguura de provieene del nombre de la famosa chef de Bohemia del Sur, Adelajda Kuhová (1805-1898), quien fue la primera en preparar esta sopa. Como era originaria de Alemania, el nombre se pronuncia Kuh Adelajde, según la tradición šumava, pero con el uso y la supresión de algunas letras se convirtió en kulajda.
Para 4 personas
En una sartén con un poco de manteca, salteamos los hongos o las setas. Rectificamos la sal y reservamos.
Aparte, en una cazuela sobre el fuego, fundir la manteca, agregar la harina y tostarla dando vueltas todo el tiempo. Añadir el agua poco a poco, sin dejar de moverlo continuamente para que no se hagan grumos. Agregar la hoja de laurel, comino y sal. Cocinar a fuego lento durante unos 15 minutos. A continuación, añadir las papas, las semillas de alcaravea, la crema y los hongos que habíamos salteado. Sacar del fuego y dejar reposar unos minutos.
Agregar el vinagre a la cazuela e incluir cuatro huevos sin batir. Dejar la mezcla con la tapa puesta, de este modo con el vapor las claras cuajarán. Si se decide usar huevos duros, se incorporan a último momento.
¡Y listo! ¡Buen provecho!
El bocado dulce más típico de la pastelería checa se agota rapidísimo en el Designum Café, que se encuentra adosado al encantador hotel boutique Golden Key de Praga. “Los huéspedes checos van a lo seguro, mientras los extranjeros prueban y se emocionan”, asegura la chef Marcela Benešová, quien nos comparte la receta de sus bollos checos para prepararlos en casa.
Relleno
Primero hay que activar la levadura. Para ello se disuelve la levadura en 100 mililitros de leche tibia y se añade una cucharada de azúcar. Mezclar y esperar a que se formen burbujas.
Luego, mezclar todos los ingredientes secos en un tazón. Añadir el huevo entero y las yemas, la manteca derretida y la mezcla de levadura activada. Amasar hasta que se logre una masa suave. Espolvorear con harina y dejar levantar durante una hora hasta que el bollo duplique su tamaño.
Estirar con un palo de amasar hasta alcanzar una lámina de un centímetro de espesor y cortar en cuadrados de cinco centímetros de lado. Preparar el relleno de ricotta mezclando todos los ingredientes de la lista. Luego poner una pequeña porción de relleno al centro de cada cuadro de masa.
Juntar los bordes de los cuadrados hasta formar un bollo con el relleno en medio. Poner los bollos en un molde engrasado con el borde hacia abajo, de manera que tengan espacio para expandirse cuando se horneen. Barnizar los bollos con manteca derretida y dejarlos levar por un corto tiempo.
Cocinar en un horno precalentado a 160ºC por 30 o 40 minutos, hasta que se doren. Retirar los bollos del horno y ponerlos en una tabla o canasta y espolvorear con azúcar glass.
Atención mentes creativas: Los checos experimentan mucho con el relleno de los bollos y, además de queso, pueden rellenar los české buchty con mermeladas (en especial de ciruela o frutos rojos), aunque en algunos lugares usan también amapola molida con azúcar.
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