A solo 8 kilómetros del microcentro de la Ciudad de Mendoza y sobre una superficie de 492 hectáreas, Divisadero Largo se ubica en la Ruta Provincial 99, Circuito Papagayos.
Una de las zonas con mayor altitud es el Cerro Divisadero, aproximadamente con más de más de 1.200 m s.m.n.
La reserva pertenece a la ecorregión Monte y Puna y es un área representativa de la región precordillerana, desde donde se disfruta una vista panorámica de la Ciudad de Mendoza y en contacto con la naturaleza.
Declarada Área Natural protegida en 1983, Divisadero es un sitio de privilegio para apreciar más de 200 millones de años expuestos a la vista del visitante, ya que cuenta con hallazgos paleontológicos, vestigios de asentamientos humanos primitivos y restos de una explotación minera ligada a la historia de la Mendoza de antaño, lo que la convierte en una verdadera aula a cielo abierto.
Como se trata de un área de ecotono, es decir, espacio de transición entre dos ecosistemas, confluyen especies de distintas regiones, unas del monte, otras de origen altoandino. Con el correr de los años, la vida que habita la región se ha visto reducida y asediada por consecuencia del desmonte, el sobrepastoreo y la caza indiscriminada. Sin embargo, aún pueden apreciarse ejemplares típicos de la planicie, como algarrobos, chañares brea y gran variedad de cactáceas.
Respecto de la fauna, hay ejemplares típicos de planicies como zorro gris, jotes y martinetas. Especies propias de la precordillera de las cuales los yales, piquito de oros, zorros colorados, águilas moras y aguiluchos son las de mayor avistamiento. En otros tiempos, el ñandú de la planicie y el sur de la montaña poblaban la zona, pero el avance desmesurado de la ocupación humana hizo que ambas especies desaparecieran. No obstante, las huellas de su antiguo depredador, el puma, siguen apareciendo ocasionalmente por la zona.
Actividades y visitas educativas
Divisadero Largo es un área protegida muy cercana a la Ciudad de Mendoza que ofrece a los visitantes una amplia gama de alternativas en senderismo que van desde una caminata para toda la familia -a la manera de un paseo ambiental- hasta un circuito de trekking largo con cierto grado de dificultad.
Por los senderos dispuestos para el público se pueden ver distintos afloramientos rocosos que nos llevan a descubrir los misterios de las profundidades de la Tierra, así como conocer y disfrutar del típico paisaje del piedemonte mendocino.
Esta reserva también oficia de “aula ambiental” para visitas escolares que llegan a ella diariamente para conocer sus atractivos, pero también como introducción al conocimiento de la Red de Áreas Protegidas.
Otra de las actividades que ofrece la reserva es el TOUR DIVISADERO la misma consiste en un recorrido guiado para una correcta interpretación sensorial de la Reserva. A lo largo del recorrido, los participantes podrán disfrutar del típico paisaje del piedemonte mendocino, donde aprenderán sobre la flora y la fauna de la Reserva.
Puede visitarse durante todo el año. La entrada es gratuita para personas con discapacidad y jubilados, con dos opciones: senderismo y tour guiado.
Más info: https://www.mendoza.gov.ar