De acuerdo con el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, trabajadores del gobierno estaban instalando los anclajes submarinos que asegurarán alrededor de 8.600 metros de barreras que detienen las algas alrededor de las playas del estado.
Además de las barreras contra el sargazo, Quintana Roo agregó cuatro barredoras de playas, 22 embarcaciones pequeñas, 11 recolectores de algas, un buque oceánico y ocho bandas anfibias para combatir la apestosa planta en 2024.
En ese sentido, el almirante precisó que está instalación forma parte de todo un sistema operativo que tiene como finalidad retener los constantes arribos que se han suscitado en las costas del Caribe mexicano.
Ojeda Durán dijo que la Armada de México ya ha recogido más de 950 toneladas de sargazo y se espera otra masa de 125 toneladas moviéndose en el Mar Caribe tocará tierra en Quintana Roo en los próximos días.
El almirante explicó, mediante una gráfica, que este equipo es el que ha estado en funciones desde el 1 de abril, fecha en que comenzó el Operativo de Sargazo, en las costas de Quintana Roo.
Impacto en el Caribe
El sargazo afecta a varios países del Caribe, incluyendo México, Belice, Honduras, Guatemala, Jamaica, República Dominicana y Puerto Rico. Dado que estos países dependen en gran medida del turismo y la pesca, la llegada masiva de sargazo puede tener consecuencias económicas significativas.
Además, también afecta a las islas del Atlántico como Barbados, Trinidad y Tobago, y las islas del Caribe oriental.
Aunque el sargazo es un fenómeno natural, en los últimos años ha habido un aumento en la cantidad de sargazo que llega a las costas debido a diversos factores, como cambios en los patrones de corrientes marinas y el aumento de la temperatura del agua.
Importancia ecológica
Aunque la acumulación incontrolada de sargazo resulta tóxica en las regiones costeras y provoca la muerte masiva de muchas especies marinas, en altamar cumple un papel importante en el equilibrio ecológico. El Mar de los Sargazos, en el océano Atlántico septentrional, es un ecosistema único que sirve de alimentación y refugio para centenares de especies, algunas de ellas únicas de ese hábitat flotante.
En México, se está desarrollando un proyecto para convertir el sargazo en biocombustible.