El Pago Gaucho, como les gusta a los locales ser reconocidos, no es para nada pequeño. Limita con Pinamar, General Lavalle, Villa Gesel, Mar Chiquita y Maipú y tiene casi 24.000 habitantes distribuidos en gran parte de una ruralidad que ocupa 2694 km2.
Los turistas que llegan a la costa por la flamante Ruta Provincial 56 hasta Pinamar, Villa Gesell o alguna otra localidad del Municipio de la Costa, pasan siempre por la rotonda de Madariaga. Y es justamente en esta época cuando Madariaga puede demostrar sus múltiples bellezas e invitar a los que llegan de vacaciones a conocer sus lagunas, museos, parajes y pueblos rurales y una nutrida agenda de actividades donde abundan fiestas, mercados, parques y hasta un tren temático recreativo que llega hasta la estación de Pinamar.
En invierno es ideal visitar sus museos como el Histórico del Tuyú, la Casa Museo Laten K Aike de numismática, el histórico Puesto de Invernada, lagunas y parques son el complemento perfecto para que las familias visiten Madariaga para disfrutar algo más que la playa o el bosque que ofrecen sus vecinos. De hecho, en vacaciones de invierno se han plateado varias actividades recreativas como teatro, juegos, música en vivo, paseos guiados por la ciudad o días de campo en los parajes Juancho y Macedo, cine, avistaje de aves de la mano de profesionales de COA Verdón y, por supuesto, una gastronomía típica bonaerense en sus más de 20 sitios para elegir, que no escatima porciones de asado, bondiolitas glaseadas, tortas fritas y demás exquisiteces regionales.
Hace poco el Municipio se dedicó a la puesta en valor de La Invernada, un antiguo puesto de la Estancia Juancho de la Familia Guerrero, donde se realizan grandes fiestas populares como el Concurso de Asadores y donde se emplaza durante las vacaciones de invierno el Mercado de la Estación o se realizan guiadas temáticas contando su historia.
Otra de las novedades que va en línea con una nueva tendencia de la Provincia de Buenos Aires es que ya ha dado frutos la cosecha de las primeras vides locales de la mano de la Bodega Gamboa, que se suman a gran producción de kiwis -el Partido es el segundo en importancia del país- así como la próxima apertura del Boliche La Victoria, un albergue rural con 6 habitaciones, que se suma a otros desarrollos rurales y nuevos proyectos como el ya consolidado taller Textil Municipal.
La invitación es a visitar el Paseo del Bicentenario, concurrido espacio de encuentro comunitario que abarca la Plaza Cívica, con su fuente de saltos de agua y luces, y el Parque de los Abuelos, que cuenta con juegos de mesa, canchas de tejo, taba, bochas y un espacio para los más chiquitos con juegos infantiles.
Famosa por la pesca del Pejerrey, la Laguna Salada Grande con sus más de 5000 hectáreas se suma a otras tantas más pequeñas, muchas de las que cuentan con las instalaciones no sólo para esta actividad sino diversos deportes de agua como el windsurf. Los campos son perfectos para realizar largas cabalgatas, llegar hasta Macedo o Juancho o ir a ver las prácticas de polo cerca de Laguna Los Horcones.
Madariaga asombra, desde la gran esquina que ocupa el chatarrero del pueblo donde se amontonan máquinas rurales antiguas y trastos viejos, hasta el reparador de carros antiguos y fabricante de montureros. Hay plateros famosos, herreras e hilanderas de lana de oveja y también locales específicamente dedicados a las necesidades de los paisanos como es El Gaucho. Aquí nació el famoso cantor Argentino Luna, en la Estancia La Florida, y conviven las cuatro comunidades que llegaron desde el inicio de todo que son la española, la italiana, la montenegrina y la libanesa.
Allí está el vivero autóctono de lo que hoy se conoce como Cariló, en la estancia Dos Montes, y se encuentran los recuerdos de aquellas primeras familias, que llegaban en tren hace dos siglos a pasar sus vacaciones y recorrían los arenosos caminos hasta la costa en carros tirados por caballos. El Partido, antes mucho más extenso que hoy, aún conserva su salida al océano en el exacto punto del Parador Querandí, dentro de la Reserva Natural ( el área de Reserva ya es Gesell) que lleva ese nombre alrededor del Faro.
Con sus brazos extendidos, frente a la R 11, el Cristo recibe a propios y visitantes con su imagen campechana y su simpleza. Igual que la gente, siempre con su saludo sonriente, su amabilidad y disposición a hacer de un paseo cercano, una visita inolvidable.
Más info https://www.turismo.madariaga.gob.ar