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Cataluña

Impactantes villas en la Costa Brava

Cataluña posee más de 500 km de litoral costero, la parte norte es abrupta y de aguas más intensas, mientras que la parte septentrional más plana y tranquila.

18/07/2024 14:06 Hs.

Cataluña

Impactantes villas en la Costa Brava

Cataluña posee más de 500 km de litoral costero, la parte norte es abrupta y de aguas más intensas, mientras que la parte septentrional más plana y tranquila.

18/07/2024 14:06 Hs.

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El contacto con el Mediterráneo hace que nos encontremos con villas marineras a lo largo de toda la costa, se trata de localidades que conservan viva su cultura ligada al mar y a las tradiciones pesqueras.

Si bien la cantidad de lugares para detenerse son innumerables, te contamos sobre 7 lugares donde se puede disfrutar de tradiciones como las habaneras y saborear manjares como la gamba roja y las anchoas. Estos sitios también son los preferidos por los amantes de los deportes acuáticos que suelen practicarse en la reserva natural de las islas Medes.

El legado megalítico y románico de Llançà

Este pequeño pueblo de pescadores está ubicado al norte de la Costa Brava, a 15 km de la frontera con Francia. Posee un paisaje salvaje de calas (un tramo de bahía redondeada donde penetra el mar) escondidas  y playas de arena fina en siete kilómetros de costa. Está rodeado de espacios naturales únicos: el Cap de Creus y la Albera. El pueblo se organiza alrededor de su plaza Mayor, donde se sitúa el centro histórico.  Aquí se encuentran la iglesia barroca de Sant Vicenç del s. XVIII y la torre románica del s. XIV. y, por otro lado, el barrio del puerto está presidido por un islote, denominado el Castellar, al que se puede acceder a través de un camino, en la parte alta se puede disfrutar de una vista increíble. Nadie se puede ir sin almorzar en los restaurantes del puerto donde cocinan verdaderos manjares.

L'Escala: anchoas y un legado grecorromano

En L'Escala se instalaron los griegos y los romanos, tal como evidencia el yacimiento arqueológico de Empúries. En este lugar nació la escritora Caterina Albert, conocida como Víctor Català. A través de una ruta literaria se puede visitar su casa natal en l’Alfolí de la Sal y otros lugares que inspiraron su obra. Paseando por las calles de L'Escala, hay playas como la de Montgó, que todavía conserva la torre de defensa construida el 1598 por orden del rey Felipe I.  El lugar es una para da obligada para los que desean deleitarse con la gastronomía que se basa en las anchoas, un producto que tiene su propio museo ubicado en el antiguo matadero.

L’Estartit: los pescadores de las islas Medes

En la calle de Santa Anna, se encontraba La Perola, un local donde los pescadores teñían las redes para oscurecerlas y que fueran más eficientes a la hora de capturar los peces. La reserva natural de las islas Medes, principal atractivo de la villa, es una zona marina protegida y una de las reservas de flora y fauna marina más importantes del Mediterráneo y de todo Europa. Los amantes del submarinismo pueden contemplar los corales, estrellas de mar, etc. El parque natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Te,  organiza paseos para que los visitantes puedan conocer las tortugas de agua dulce. Y para quienes desean practicar deportes acuáticos la estación náutica L’Estartit -Illes Medes es el lugar ideal.

Begur: una villa marinera de cine

 Begur es uno de los pueblos más lindos de la Costa Brava, ubicado en pleno corazón de l’Empordà, sobre los cerros del macizo de su mismo nombre. Sus playas y calas se encuentran protegidas por la vegetación, y bañarse en sus aguas es como abrazar el paraíso. Algunas de estas calas acogen antiguos barrios de pescadores reconvertidos en urbanizaciones frente al mar, como Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna y Aiguablava. Su núcleo histórico –coronado por el castillo medieval– conserva su trazado medieval, donde se pueden ver las fantásticas casas indianas del siglo XIX, y las torres de defensa del s.XVI construidas para protegerse contra los piratas.

El paraíso marinero y las habaneras de Calella de Palafrugell

Escuchar una cantada de habaneras en la playa del Port Bo o pasear por el casco histórico son dos actividades muy recomendables cuando se llega a  Calella de Palafrugell. El legado de Josep Pla, está impreso en toda su oferta cultural. Se puede visitar la Fundación Josep Pla, que promueve el conocimiento de su obra a través de visitas guiadas, exposiciones y talleres. Al lado de la villa se encuentra el espacio natural protegido de Castell-Cap Roig, que cuenta con un jardín botánico con más de 1.000 especies, repleto de esculturas de artistas contemporáneos como Jaume Plensa o Xavier Corberó. También se puede hacer camino que va de Llafranc a Cap-Roig y saborear una garoinada, un plato de erizos de mar típicos de la Costa Brava.

Palamós: villa marinera por excelencia

Palamós ofrece patrimonio, playas, tradición y gastronomía. Allí se puede visitar la subasta del pescado en la Llotja y el Museo de la Pesca, toda una tradición del lugar. Además,  se puede probar la famosa gamba de Palamós y conocer el Espacio del Pescado y la cocina de los pescadores en las barcas. Palamós también tiene un gran atractivo cultural. En una pequeña península en el extremo de la playa del Castell se pueden contemplar los restos de un poblado ibérico del siglo VI a. C. El núcleo antiguo de Palamós también es una auténtica joya. También se pueden hacer recorridos por varias plazas emblemáticas, como la plaza Murada, con grandes vistas de la bahía, o la del Pedró, desde donde se observar el puerto deportivo.

Un viaje por la historia en Tossa de Mar

Tossa de Mar es conocida por sus playas y calas en un entorno natural prácticamente virgen. Los romanos eligieron este lugar privilegiado de la Costa Brava para construir la ciudad de Turissa en el siglo I a. C. Durante la Edad Media, su casco antiguo se configuró como un recinto fortificado, el único de estas características que se conserva en el litoral catalán. Paseando por el centro de la villa se puede conocer la capilla blanca de la Virgen del Socorro, la casa Sans, de estilo modernista, y hacer una parada en la playa del Reig para tener una imagen panorámica del cabo de Tossa. El plato por excelencia de la villa es el cim i tomba, un guiso de pescado, patata y alioli que cocinaban los pescadores cuando salían al mar.

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