Escalar está de moda, como demuestran los cada vez más ubicuos rocódromos en las grandes ciudades. Y los espacios sacralizados, a la baja, como se desgrana del hecho de que cada vez cierren más iglesias en las urbes europeas. Sin embargo, aunque uno nunca se haya planteado rezar, es imposible no reconocer la hermosura y grandeza de los templos cristianos, que sería una pena perder para siempre.
De esta peculiar combinación de eventos han nacido dos espacios únicos en París: la sala de escalada de Saint-Lazare y la de Sainte Rita, recién abierta. La primera se emplaza en una antigua capilla, y la segunda, en una iglesia, todo en pleno centro de la ciudad. Juntas, ofrecen la experiencia turístico-gimnástica definitiva.
“La idea surgió del deseo de crear una experiencia de escalada verdaderamente excepcional combinando el deporte con lugares históricos emblemáticos. Las iglesias y capillas no solo ofrecen belleza arquitectónica, sino también un inmenso espacio vertical, lo que las hace ideales para la escalada. Queríamos crear un lugar en el que la gente pudiera experimentar la escalada en un entorno inspirador y, en cierta medida, espiritual”, cuentan desde Climbing District, empresa dueña de estos curiosos espacios.
Por supuesto, convertir iglesias en rocódromos no es sencillo. “Ambas ubicaciones necesitaron varios años de preparación; la capilla Saint-Lazare tardó tres años en obtener las aprobaciones requeridas, y se sometió a seis meses de renovaciones monumentales para integrar estructuras de escalada modernas y preservar los elementos históricos del edificio”, recuerdan desde la compañía. Además de capilla, el edificio fue durante 80 años biblioteca del Institut National de la Propriété Intellectuelle, de lo que dan muestra sus múltiples estanterías, que se han conservado como tributo a su pasado parisino.
Por su parte, la última apertura de Climbing District, en Sèvres-Lecourbe, acaba de transformar la antigua iglesia de Sainte-Rita, construida originalmente en 1900. Ahora se exhibe completamente renovada para albergar más de 150 rutas de escalada de todos los niveles de dificultad, respaldadas por 30 autoaseguramientos. En total, ofrece más de 1.800 metros de altura de rocódromo. “Este enfoque innovador permite practicar sin la necesidad de un compañero, lo que lo hace fácil y conveniente tanto para los escaladores urbanos como para los turistas”, explican sus ideólogos.
La experiencia, de hecho, es cada vez más célebre entre los visitantes. “Recibimos muchos turistas atraídos por el concepto único de escalar dentro de monumentos históricos como las capillas. Es una excelente manera de descubrir una parte icónica de París y, al mismo tiempo, experimentar algo diferente de los lugares turísticos habituales”, explican.
A todo esto se le suma que no hay que tener ningún tipo de experiencia previa para trepar por las impresionantes paredes de estos monumentos: “Nuestras instalaciones están abiertas a todo el mundo, desde escaladores experimentados hasta principiantes absolutos. Ofrecemos una introducción segura y sencilla a la escalada, incluso para aquellos que nunca la han intentado antes”, cuentan desde Climbing District, que ofrece el alquiler de todos los equipos.
La experiencia, aunque no apta para quienes temen las alturas, merece la pena: “Escalar en estos espacios es algo verdaderamente único. En Saint-Lazare experimentas una sensación de historia y grandeza al ascender bajo paredes de 13 metros de altura rodeadas de una hermosa arquitectura antigua. El contraste entre las estructuras de escalada modernas y los elementos conservados de la capilla, como los estantes de la biblioteca del INPI, crea una atmósfera que resulta meditativa y estimulante a la vez”, explican los fundadores.
“En el distrito de escalada Sèvres-Lecourbe, la luz de las vidrieras restauradas añade otra capa de belleza. Es una experiencia que va más allá de la escalada: es casi como un diálogo con el pasado mientras se aceptan los desafíos del presente”, culminan los responsables de la experiencia turística más singular de París.