En el sureste de Turquía se encuentra el Monte Nemrut, un lugar que ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. En sus laderas, es posible admirar las enormes estatuas de dioses, un legado del rey Antíoco I de Comagene. Estas construcciones, que datan del siglo I a.C., representan una fusión fascinante entre la mitología griega y persa, y son un testimonio del poder y la ambición de los antiguos reyes. El rey Antíoco I trató de honrar a sus antepasados y a los dioses de una manera acorde con su linaje.
La tumba, conocida como hierotheseion (que significa santuario sagrado en griego), ocupa un área circular de 145 metros de diámetro y estaba rodeada por tres terrazas artificiales orientadas al este, oeste y norte. Cada terraza albergaba estatuas macizas de dioses, aunque durante el periodo iconoclasta las estatuas fueron decapitadas, y sus fragmentos permanecen esparcidos en el lugar hasta nuestros días.
En la terraza del este se encuentran cinco estatuas gigantes de unos ocho o diez metros de altura, que representan a los dioses Apolo-Hermes, Tyche de Commagene, Zeus-Oromasdes y Ares-Hércules. Estas divinidades tienen cabeza de león o de águila, símbolo del poder divino, mientras que la quinta estatua, con cabeza humana, representa al propio rey Antíoco I.
La terraza oeste refleja la disposición con estatuas similares, mientras que la terraza norte presenta una representación del rey Antíoco estrechando la mano de Apolo, Zeus y Ares, una afirmación de su pretendido linaje divino. Todas las estatuas se caracterizan por una mezcla de estilos artísticos griego y persa, con rasgos faciales griegos y tocados y ropajes de estilo persa.
En 1881, el ingeniero alemán, Charles Sester, descubrió las impresionantes ruinas del monte Nemrut mientras trabajaba en la construcción de una carretera en la región de Adiyaman, en Anatolia oriental, para el Imperio Otomano. Poco después, el arqueólogo Otto Punchstein dirigió las excavaciones y llegó a la conclusión de que se trataba de un antiguo cementerio, el mausoleo de Antíoco I (86-38 a.C.).
La importancia del monte Nemrut se reconoció formalmente en 1987, cuando fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con el nombre de “Nemrut Dağı”. Hoy en día, sigue siendo un destino increíble tanto para los entusiastas de la historia como para los viajeros.
Actualmente Turkish Airlines, la aerolínea de bandera de Turquía, ofrece 7 vuelos semanales de Buenos Aires a Estambul, con 2 vuelos diarios a la provincia de Adiyaman. Las estatuas del monte Nemrut son impresionantes a cualquier hora del día, pero especialmente durante el amanecer y el atardecer, cuando el cielo brilla en vibrantes naranjas, o bajo las claras estrellas nocturnas.