En el corazón de América Central, Belize esconde un tesoro subterráneo: cuevas misteriosas que invitan a los visitantes y exploradores a descubrir sus secretos. Estas formaciones naturales, esculpidas por la fuerza del agua a lo largo de milenios, son mucho más que simples cavidades. Para los mayas, eran portales al mundo espiritual, lugares sagrados donde realizaban rituales y ofrendas. Hoy en día, estas cuevas ofrecen a los visitantes una aventura única, donde podrán nadar en ríos subterráneos cristalinos, admirar estalactitas y estalagmitas de formas caprichosas, y descubrir vestigios de una civilización ancestral. Las cuevas no solo emanan un aura misteriosa, a veces incluso espeluznante, sino que son también terrenos sagrados cargados de historia y espiritualidad.
Explorar estos lugares del inframundo maya es más que una actividad turística: es un viaje fascinante a través del tiempo, una conexión íntima con siglos de historia. Ya sea haciendo tubing, senderismo, piragüismo o incluso nadando en este reino subterráneo, el lugar tiene una experiencia espeleológica para cada tipo de viajero.
En la mayoría de las cuevas se encuentran extensas formaciones de estalactitas y estalagmitas, así como fragmentos de cerámica. Algunas, como Che Chem Ha, preservan piezas intactas, mientras que otras, como Actun Tunichil Muknal, albergan esqueletos mayas completos. También hay maravillas naturales, como cascadas subterráneas en lugares como Blue Creek y Caves Branch. Lo único que no hallarás en estas cuevas es aburrimiento.
Una cueva es algo más que una aventura, es una conexión con el pasado, en un lugar donde los mayas se purificaban y entraban en contacto con el plano espiritual. Bebían sustancias alucinógenas para inducir un estado alterado de conciencia cuando realizaban rituales o ceremonias sagradas. Las bebidas se elaboraban con cacao fermentado, plantas, setas e incluso con piel de sapo.
El rito era una forma de preparación antes de enfrentarse a sus dioses y antepasados en el inframundo. Una vez dentro de la cueva, portando sólo una antorcha, las estalagmitas y estalactitas incandescentes proyectaban sombras que representaban imágenes de dioses. Ya sea que se tratara de un ritual para la fertilidad, la lluvia o el agua, los mayas pedían ayuda a las deidades en función de una necesidad o propósito.
A pesar de que algunas cuevas son de gran tamaño, nunca fueron utilizadas como viviendas por los mayas. Estos espacios eran sagrados: servían como cementerios, lugares sagrados o de protección. Las ofrendas encontradas en su interior, no siempre implicaban sacrificios, sino que también eran muestras de gratitud hacia los dioses. Es por eso que aún hoy se pueden encontrar artefactos, fragmentos y cerámicas intactas en cuevas como Che Chem Ha o Actun Chapat.
Antes de entrar, es fundamental pedir permiso o recitar una oración de agradecimiento a los dioses o antepasados para que protejan y guíen el recorrido por la cueva. No hay que tocar ni llevarse ningún objeto ya que alterar el entorno de la cueva impide que los arqueólogos puedan investigar y estudiar el yacimiento adecuadamente y rompe el vínculo entre el sitio y su herencia cultural.
Hay cuevas que en el destino deben visitarse:
Actun Tunichil Muknal (ATM)
Situada en la Reserva Natural Tapir Mountain, en Cayo, la cueva de ATM ganó notoriedad desde la década de 1990, gracias a la National Geographic. La excursión comienza con una caminata a través de un arroyo que lleva a los visitantes hasta la cueva, un recorrido intenso pero que ofrece como recompensa una asombrosa colección de artefactos y esqueletos mayas, testigos de antiguos rituales.
Barton Creek - También en Cayo, esta cueva debe ser explorada en canoa, navegando silenciosamente entre formaciones de estalactitas. Aunque muchos de los restos humanos y artefactos han sido retirados, todavía es posible encontrar algunos vestigios que revelan su uso ceremonial.
Nohoch Che’en Caves Branch - Se accede desde Jaguar Paw y parte de este sistema se explora a través del tubing, flotando en un neumático a lo largo del río que entra y sale de las cuevas. A lo largo del recorrido se pueden ver vestigios de la ocupación maya, como fragmentos de cerámica y huellas humanas incrustadas.
Rio Frio Cave - Otra cueva situada en la reserva forestal de Mountain Pine Ridge, es famosa por el impresionante arco de 20 metros de altura que enmarca su entrada. Los visitantes pueden recorrer sus 800 metros de longitud y el arroyo que la atraviesa.
St. Herman’s Cave - Situada en el Parque Nacional de Blue Hole, la cueva de San Herman fue utilizada por los antiguos mayas en los años 300 - 800 d.C. Ésta es quizá una de las más accesibles con una caminata de unos 10 minutos.
Che Chem Há - Descubierto por un granjero local, se destaca por su colección única de obras de arte y artefactos mayas. Los visitantes apreciarán la entrada decorada y la gran variedad de grandes tinajas de almacenamiento que recubren las paredes de las cámaras. La cueva se encuentra a 11 kilómetros de la ciudad de Benque Viejo.
Actun Chapat y Actun Halal - Estas dos cuevas cercanas a Benque Viejo albergan construcciones con características propias del ser humano, como plataformas elevadas y terrazas. Se pueden ver restos de personas y artefactos de cerámica y madera.
Hokeb Ha - Los artefactos hallados en esta cueva cerca del pueblo de Blue Creek, en Toledo, muestran pruebas de cómo fue utilizada por los mayas hasta alrededor del año 800 d.C.
Tiger Cave - A 1,5 horas de caminata desde el pueblo de San Miguel, también en Toledo, a esta cueva se accede cruzando la exuberante selva tropical y granjas mayas, ofreciendo una experiencia única en la naturaleza.
Las cuevas de Belize son mucho más que simples cavidades; son portales a un pasado ancestral y un refugio de paz en medio de la selva.