La rica historia y los increíbles paisajes de España han cautivado a cineastas de todo el mundo. Desde pintorescos pueblos costeros hasta majestuosas ciudades medievales, el país ha sido el telón de fondo de innumerables películas. Gracias a la magia del cine, algunos de estos lugares adquirieron un aura especial, convirtiéndose en destinos de peregrinación para los amantes del séptimo arte. A lo largo y ancho del país, localidades como Sos del Rey Católico, Ayna, Guadalix de la Sierra, Zumaia y el Desierto de Tabernas alcanzaron la fama gracias a los rodajes que se llevaron a cabo en ellas. Hoy, estos lugares siguen recibiendo visitantes atraídos no solo por su belleza, sino también por la magia cinematográfica que los convirtió en estrellas.
Sos del Rey Católico: el set de “La Vaquilla”
Sos del Rey Católico, joya medieval de Aragón, vio cómo su fama se disparó en los años 80 gracias a la película “La Vaquilla”. El casco antiguo de este pueblo, con sus calles empedradas y su arquitectura medieval, cautivó al director Luis García Berlanga, convirtiéndolo en el escenario perfecto para su comedia bélica. Durante el rodaje, más de 700 vecinos participaron como extras, lo que dio lugar a numerosas anécdotas, incluyendo la famosa escena de la vaquilla escapándose por las calles del pueblo. El impacto de la película fue tan significativo que hoy en día se pueden encontrar esculturas conmemorativas en las calles, incluyendo sillas de director de cine y claquetas con frases célebres del filme.
Ayna, Liétor y Molinicos: los escenarios surrealistas de “Amanece, que no es poco”
Los pueblos de Ayna, Liétor y Molinicos, enclavados en la Sierra del Segura albaceteña, se convirtieron en estrellas de cine gracias a la película de José Luis Cuerda. El director, enamorado de su tierra, quiso mostrar la belleza singular de estos lugares y, desde entonces, han sido un imán para los amantes del cine que buscan revivir las escenas de esta comedia. Hoy en día, estos municipios son un destino turístico imprescindible para quienes desean sumergirse en el universo surrealista de Cuerda.
Actualmente, los pueblos cuentan con rutas guiadas que recorren los escenarios más emblemáticos del rodaje, como la Plaza Mayor de Molinicos y la ermita de Liétor. También se creó un museo en Ayna dedicado a la película, donde se exponen fotografías, guiones y otros objetos relacionados con el rodaje. El impacto cultural y turístico que «Amanece, que no es poco» dejó en la región sigue vigente, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales.
Guadalix de la Sierra: la España rural de “Bienvenido Mr. Marshall”
Otro pueblo que alcanzó la fama gracias al cine es Guadalix de la Sierra, en la Comunidad de Madrid. La localidad se convirtió en el escenario principal de “Bienvenido Mr. Marshall”, la obra maestra de Luis García Berlanga estrenada en 1953. Guadalix de la Sierra trasciende las pantallas de cine para convertirse en un referente cultural y turístico. La película, que inmortalizó sus calles y plazas, no solo le otorgó fama, sino que también se convirtió en un espejo que refleja el costumbrismo y el humor característicos de España. Hoy en día, el pueblo rinde homenaje a este legado con un conjunto escultórico y la tradicional frase del alcalde. La participación vecinal en el rodaje forjó un vínculo indisoluble entre la película y la comunidad, convirtiendo a Guadalix en un destino imprescindible para los amantes del cine y la cultura española.
Zumaia: el encanto del País Vasco en “Ocho apellidos vascos”
El municipio costero de Zumaia, en el País Vasco, se volvió mundialmente conocido gracias a la exitosa película estrenada en 2014. La película impulsó el turismo en el norte del país, con miles de personas deseando visitar las localizaciones utilizadas en el rodaje. La ermita de San Telmo, ubicada sobre un acantilado con vistas al mar Cantábrico, es uno de los puntos más buscados por los turistas que llegan al pueblo.
Las calles de Zumaia también fueron escenario de algunas de las escenas más memorables de la película, lo que ha hecho que el pueblo implemente rutas turísticas especiales para mostrar estos lugares. Además, cerca de Getaria, otro municipio vasco, se rodaron escenas en el puerto, lo que convirtió la zona en un reclamo para los amantes del cine.
Desierto de Tabernas: la magia del western en Almería
Finalmente, no se puede hablar de cine en España sin nombrar el Desierto de Tabernas, en Almería. Desde finales de los años 50, esta árida región ha sido el lugar elegido para innumerables películas del género western, como “El Bueno, el feo y el malo”. Su paisaje desértico, similar al del suroeste de Estados Unidos, lo convirtió en el lugar perfecto para recrear el Lejano Oeste. Hoy en día, el Desierto de Tabernas sigue conservando esa atmósfera cinematográfica gracias a parques temáticos como Oasys MiniHollywood, que recrean los escenarios utilizados en los rodajes.
Estos pueblos españoles, que sirvieron de escenario a grandes películas, continúan brillando con luz propia. Su patrimonio cultural, unido al encanto cinematográfico, los convirtió en destinos turísticos únicos. Hoy en día, cualquier viajero puede sumergirse en la magia del cine y explorar los lugares que inspiraron a grandes directores.