Miles de personas se congregaron en la reconocida plaza para presenciar el tradicional encendido del árbol de Navidad del Rockefeller Center. El imponente abeto iluminó la ciudad, convirtiéndose en el epicentro de las celebraciones navideñas y generando un importante movimiento económico.
El icónico abeto de 11 toneladas, adornado con 50.000 luces LED, se convirtió una vez más en el centro de atención de la ciudad de Nueva York, marcando el comienzo de la temporada y el espíritu navideño de la ciudad. Alrededor de 500.000 personas pasan por la plaza cada día para observarlo, especialmente en los días cercanos a Navidad y Año Nuevo. En total, durante el período en que el árbol está expuesto, es visitado por más de 125 millones de personas. Esto incluye tanto a turistas internacionales como a residentes de Nueva York, convirtiéndolo en un ícono global de la temporada navideña.
El tradicional árbol de Navidad del Rockefeller Center brilla más que nunca este año. Adornado con más de 50.000 luces LED y coronado por una impresionante estrella Swarovski diseñada por Daniel Libeskind, el abeto noruego de 11 toneladas, 22,5 metros de altura y 13 metros de ancho se ha convertido en el centro de atención de la ciudad. Este año marca el 21 año consecutivo en que una Estrella Swarovski corona el Árbol de Navidad. La primera fue en 2018, y está compuesta por 70 puntas cubiertas con 3 millones de cristales, tiene un diámetro de casi 2,9 metros y pesa 408 kilogramos.
El árbol de Navidad del Rockefeller Center se encenderá todos los días desde las 5 de la tarde hasta la medianoche y el día de Navidad, el árbol estará encendido durante 24 horas. Cuando se desarma el árbol lo cortan en vigas y lo llevan a un astillero de Nueva Jersey ymarcan con un sello del Rockefeller Center. Tishman Speyer, la empresa propietaria y operadora del Rockefeller Center, dona luego la madera a Habitat for Humanity, una organización sin fines de lucro que ayuda a construir y mejorar viviendas en todo el país.
El encendido del icónico árbol de Navidad del Rockefeller Center no solo es un evento que marca el inicio de las festividades navideñas, sino que también representa un motor económico clave para la ciudad de Nueva York. Millones de turistas, atraídos por el encanto del árbol y las festividades, visitan la ciudad cada año, generando millones de dólares en ingresos para el sector hotelero, gastronómico y comercial.
Nueva York superará este año el medio millón de turistas españoles, marcando casi un 17% más que el año anterior, según datos de New York City Tourism + Conventions. Este aumento se acerca a los niveles de visitas previos a la pandemia, proyectando una recuperación completa para el año 2026. España es el noveno mercado turístico internacional para la ciudad y el quinto de Europa.
Desde sus humildes comienzos en 1931, el árbol de Navidad del Rockefeller Center se ha convertido en un símbolo icónico de las fiestas navideñas. Los trabajadores que estaban construyendo el edificio decidieron levantar un pequeño abeto de unos 6 metros de altura en la plaza central. Decorado con sencillas guirnaldas hechas a mano por sus familias, este primer árbol fue un gesto de esperanza y alegría en tiempos difíciles. Lo que comenzó como un pequeño gesto de esperanza ha evolucionado hasta convertirse en una tradición global, atrayendo a millones de visitantes cada año. A lo largo de su historia, el árbol ha sido testigo de cambios significativos, como la incorporación de la estrella Swarovski y la adopción de luces LED, pero siempre ha mantenido su esencia como un símbolo de unión y celebración.
Más allá del icónico árbol de Navidad, el Rockefeller Center ofrece una amplia gama de actividades para disfrutar en familia. Patinar sobre hielo en The Rink, volar sobre Manhattan en The Beam, admirar la ciudad desde las alturas en el Skylift, explorar la mágica tienda de Lego y la legendaria juguetería FAO Schwarz. También en el complejo se pueden disfrutar de destinos de compras como la tienda de Lego: dos pisos repletos de creaciones, esculturas gigantes y mil unas referencias a la Gran Manzana, desde la estatua de la libertad hasta los emblemáticos taxis amarillos, todo elaborado con las pequeñas piezas de plástico. Los más pequeños podrán disfrutar de conciertos con clásicos navideños, además se realizarán lecturas de cuentos y se tendrá la oportunidad de conocer en persona a Papá Noel y sus duendes. Además, los artistas de caricaturas crearán divertidos retratos personalizados y se podrá degustar chocolate caliente para combatir el frío.