Las hermosas calles y plazas del centro histórico de este pueblo constituyen el escenario perfecto para disfrutar de un espectáculo impresionante: es una travesía para conocer los secretos que se ocultan tras uno de los carnavales más hermosos de Sicilia.
En el espléndido marco barroco del centro histórico de Acireale, el Carnaval se despliega con todo su esplendor, teniendo como corazón la majestuosa Piazza Duomo. Colores, carrozas originales, flores y un público que derrocha alegría, hacen de esta celebración una fiesta única.
El carnaval se caracteriza por sus desfiles de carrozas de papel maché, elaboradas por los maestros de Acesi, reconocidos por su maestría en la sátira alegórica. Las carrozas, adornadas con flores, combinan la dulzura floral con la irreverencia del carnaval, ofreciendo un espectáculo único. La atmósfera se ve enriquecida por la multitud de asistentes, cuya energía y entusiasmo son el verdadero alma de esta celebración siciliana, convirtiendo cada rincón del circuito en una fiesta inolvidable.
El Carnaval de Acireale, famoso por su rica tradición histórica, se remonta a tiempos muy antiguos, con su primer registro oficial datado en 1594. Desde 1880, el evento ha evolucionado con la incorporación de desfiles de carrozas alegóricas elaboradas en cartón piedra, inicialmente acompañadas por carruajes decorados de los nobles. Con el tiempo, estos carruajes dieron paso a grandes carrozas de papel maché, una técnica que floreció en la ciudad gracias a la habilidad de sus artesanos.
En 1930, dio un giro innovador con la aparición de los “coches decorados con flores”, una característica que perdura hasta nuestros días. Aunque las antiguas carrozas han desaparecido, fueron reemplazadas por otras que están cubiertas de flores.
El carnaval se desarrolla en un entorno barroco del centro histórico de Acireale, con la majestuosa Piazza Duomo, rodeada de elegantes edificaciones de piedra blanca y el característico pavimento negro de lava. En el centro se encuentran los desfiles de carrozas de papel maché, diseñadas y elaboradas por los talentosos maestros de Acesi, reconocidos por su sátira alegórica y destreza artesanal. También se destacan las carrozas florales, que combinan la belleza de las flores con la irreverencia del carnaval, así como los desfiles de grupos enmascarados que lucen disfraces fantásticos.
El público del Carnaval de Acireale es esencial en este evento festivo. Una multitud entusiasta inunda el circuito, convirtiéndose en una parte integral del espectáculo: durante los desfiles, cientos de miles de visitantes, tanto de Italia como de otros países, se unen a la celebración.
El evento también moviliza a toda la ciudad a través de actividades deportivas y eventos comunitarios, incluyendo juegos en los barrios y actividades organizadas por asociaciones de mayores. La fundación que respalda el carnaval también promueve concursos, como el de carrozas en miniatura y obras de papel maché, diseñadas y construidas por jóvenes talentos, asegurando así un futuro prometedor para esta rica tradición artesanal.
Además de las plazas, también cobran vida las mesas de Acireale durante el Carnaval, viendo desfilar productos típicos. El plato por excelencia son las crispelle, pequeñas albóndigas rellenas de queso ricotta o anchoas, ideales para comer en la calle durante el desfile. Pero lo más popular son los dulces, como la pignolata, compuesta por trozos de masa frita, también llamados impanuccati, cubiertos de miel y servidos sobre hojas de limonero. Similares son las sfinci, bolas fritas rellenas rellenas de crema de ricotta, cubiertas con la misma crema, fruta confitada, gotas de chocolate y granos de pistacho. También están las chiacchiere, galletas crujientes de masa quebrada espolvoreadas con azúcar glas, y los rametti, galletas caseras elaboradas con miel.