Cada viajero tiene su estilo. Están los que investigan todo antes de salir, los que improvisan hasta el último momento, los que viajan livianos y los que llevan media casa en la valija. También están los que buscan ahorrar cada peso, los que disfrutan de salir de compras y los que no se despegan de la computadora ni de las series.

Una reciente encuesta sobre los hábitos de los porteños cuando viajan reveló algunos datos curiosos. El 24,5% se transforma en un verdadero detective y revisa a fondo información sobre el destino antes de decidir. Para el 18% las recomendaciones de familiares y amigos son clave, mientras que un 5% solo se interesa por saber cuánto tiene que pagar. La tecnología también dice presente: un 28% recurre a la inteligencia artificial para comparar climas, atracciones o alojamientos.

En cuanto a la organización, dos de cada diez todavía usan agencias tradicionales y casi la mitad repensaría su viaje si los pasajes aéreos son demasiado caros. Un 7% elige destino en función de promociones y descuentos, y un 17% cancelaría todo si el alquiler del auto resulta más costoso que el hospedaje. También hay viajeros pet friendly: un 12% suspende su plan si no encuentra opciones que acepten mascotas.

Al momento de gastar, un 21% reconoce que suele excederse y, quizá por eso, para la misma cantidad de personas es importante encontrar buenos lugares para hacer compras.

Las valijas también dicen mucho. Un 20% asegura que llevará poco equipaje pero termina cargando con todo el placard, y un 26% directamente admite que viaja como un supermercado andante. Lo que nunca falta es el protector solar, indispensable para el 31%. En cambio, un 22% no se olvida la computadora para poder maratonear series.

Los olvidos también forman parte del viaje. Un 27% se queda sin cargar el celular porque no llevó adaptador de enchufes, y un 14% se olvida las ojotas, lo que obliga a ir a la playa en zapatillas o a salir de compras el primer día. El mal tiempo también aparece: un 10% dice que su mejor aliado fue el paraguas y un 15% terminó conociendo farmacias locales por haberse enfermado.

Entre las anécdotas más insólitas, un 10% reconoció que entró por error a una habitación que no era la suya y un 7% se quedó encerrado en el baño durante el viaje.