Noviembre y diciembre se convierten en los meses perfectos para disfrutar Bariloche en su versión más calma, justo antes de que empiece la temporada alta. Ubicada en la provincia de Río Negro, en plena Patagonia, Bariloche está a unos 1.600 kilómetros de Buenos Aires y llegar es muy fácil: en avión el viaje dura alrededor de dos horas y media, mientras que por ruta puede hacerse en unas veinte horas atravesando paisajes que anticipan el espíritu del sur. 

Con temperaturas agradables, días largos y colores que estallan en los bosques, esta etapa previa al verano permite recorrer la ciudad con tranquilidad, aprovechar mejores precios y vivir la Patagonia sin grandes multitudes. En este escenario, el complejo de cabañas premium Villa Labrador aparece como el refugio perfecto para quienes buscan desconectarse, celebrar o incluso trabajar con vista al Lago Moreno. 

Ubicado sobre el antiguo camino a Villa Llao Llao, ofrece más de 90.000 m² de naturaleza patagónica donde el bosque, el lago y las montañas conviven en un mismo cuadro. Sus seis cabañas totalmente equipadas miran directo al lago y a los cerros López, Goye y Catedral, y entre ellas se destaca Araucaria, una cabaña premium de 550 m² con capacidad para 15 personas, ideal para familias, grupos o equipos que buscan un espacio amplio, cómodo y rodeado de belleza. 

Con livings enormes, quinchos, terrazas y un playroom vidriado que se asoma al paisaje, Araucaria propone una experiencia de descanso compartido donde la comodidad y las vistas se complementan. En Villa Labrador, cada rincón invita a bajar un cambio: la piscina climatizada, la playa privada, los senderos entre árboles centenarios y los espacios diseñados para relajarse crean un entorno único para cerrar el año con calma, celebrar las fiestas lejos del ruido o disfrutar unos días antes de que llegue el turismo masivo del verano. 

Con promociones especiales para noviembre y diciembre, es el momento ideal para vivir Bariloche desde otra perspectiva: con paisajes plenos, clima perfecto y la tranquilidad incomparable de anticiparse a la temporada más concurrida.