Ámsterdam cerró su 750.º aniversario con una celebración histórica que se extendió durante un año entero y que tuvo su gran final el 27 de octubre de 2025. La ciudad, que nació como un pequeño pueblo pesquero medieval y se convirtió en un ícono europeo de cultura, libertad y comercio, despidió su jubileo con eventos que tomaron plazas, museos y avenidas.
La cuenta regresiva comenzó el 24 de octubre, cuando se lanzaron las últimas 75 horas de festejos. Las actividades, pensadas especialmente para los residentes, recorrieron toda la ciudad. En la Biblioteca Pública se realizó el Verhalenfestival, que reunió 750 historias recopiladas a lo largo del año y que reflejaron la diversidad y la memoria colectiva de Ámsterdam: desde pioneros afroamsterdamistas hasta relatos íntimos de la vida cotidiana.

El 27 de octubre amaneció con uno de los momentos más esperados: una tarta de casi 76 metros de largo desplegada en la Plaza Dam, que fue cortada a las 7:50 por la alcaldesa Femke Halsema para repartir 7500 porciones entre los vecinos. La gastronomía tuvo un rol protagónico en los festejos: “All of Amsterdam Eats!” invitó durante cuatro días a compartir comidas accesibles en mesas largas montadas en restaurantes, cafés y centros comunitarios, en un gesto que buscó reunir a toda la ciudad alrededor de la mesa.

La noche del cierre reunió a miles de personas en Museumplein, donde una carpa monumental albergó un concierto especial con artistas neerlandeses, transmitido en vivo por NPO1. Holly Mae Brood y Daan Schuurmans fueron los anfitriones de un espectáculo que celebró el espíritu creativo y diverso de la ciudad.
El año estuvo marcado por momentos inolvidables. Uno de ellos fue la cápsula del tiempo enterrada en la Plaza Dam el 13 de septiembre, que se abrirá en 2075 para el 800.º aniversario. Otro hito llegó con la inauguración de “Amsterdam in Motion”, una instalación multimedia permanente que recrea la ciudad en 195 metros cuadrados de maquetas y proyecciones inmersivas.

Pero la celebración más sorprendente ocurrió en junio, durante el festival “Op de Ring”, que cerró 14,5 kilómetros de la autopista A10, la más transitada de los Países Bajos, para transformarla en un enorme corredor de arte, deporte, gastronomía y música. Allí se realizaron carreras, desfiles, intervenciones artísticas, casamientos y una rave de nueve horas que convirtió la autopista en un club a cielo abierto.
Con una inversión de 27 millones de euros y una programación pensada para la comunidad, Ámsterdam logró que su 750.º aniversario fuera mucho más que un calendario de actividades: se convirtió en una experiencia colectiva que celebró su historia, su identidad y su espíritu de ciudad abierta al mundo.