El fin de semana se concretó un sueño largamente esperado: los tucumanos tuvieron su Primera Fiesta Nacional del “Sánguche de Milanesa”. Miles de personas disfrutaron de una pasión que nació humilde y se convirtió en el símbolo de un pueblo y "Ciudadanos Viajeros" estuvo presente para contárselos.

Si parecía que una pareja era firme y se sostenía en el tiempo con una imagen indisoluble, esa era la de “Tucumán con las Empanadas”. Pero nada queda igual para siempre y el amor toma otras formas.

Hoy los tucumanos expresan su amor no sólo a las ya famosas empanadas al horno de barro, sino al muy popular, especial y único “sánguche de milanesa”. ¿Cómo?

Este humilde plato casero que sólo lleva pan sanguchero, tomate, lechuga crespa cortada en juliana, sal, una mezcla de mayonesa con mostaza y, por supuesto la milanesa frita preferentemente en una sartén, ha sido desde hace años el almuerzo perfecto para los laburantes que, con poca plata y comiendo de a pie en los puestos callejeros, mataban el hambre junto a una bebida que casi, casi, se consigue sólo en Tucumán, la Mirinda de manzana.

El “sánguche de milanesa”, ¡nada de decirle sándwich, por favor! fue ganándose el cariño de los estudiantes a la salida del colegio o la facultad, de los que después de jugar al fútbol se juntaban en el boliche de Cacho o Pepe para comentar las mejores y peores jugadas de cada uno y se bajaban uno o dos sánguches antes de volver a sus casas.

Tan popular se hizo que hasta es perfecto para esa primera cita que marcará una historia de amor.

Pero ¿hacer una fiesta nacional para el sánguche de milanesa? Sí, ¿Por qué no?

La gran fiesta que llegó para quedarse

El pasado fin de semana el predio de la Sociedad Rural de San Miguel de Tucumán se vio inundado de una marea humana que buscaba saborear el mejor sánguche de milanesa de la provincia. ¿Con ají o sin ají?, es decir con un toque de picante o no. Con un huevo tipo tortilla cocido a la plancha, o no; con pan sin TACC o con más o menos miga; mayonesa y mostaza con ajo o no. Esas eran las grandes dudas que generaba pasar por los más de 30 puestos que ofrecían, casi en exclusivo, su versión del sánguche de milanesa.

Para llegar allí hubo una selección en cada uno de los departamentos de la provincia que eligió un representante para competir como visitante frente a los locales.

Hubo gente de Aguilares, Trancas, Tafí del Valle, Tafí Viejo, etc. todos esperando conquistar el estómago y el corazón de los asistentes, que a lo largo de los tres días que duró la Fiesta fueron miles, a pesar de la lluvia que caía de a ratos.

Familias con chicos, grupos de amigos, parejas, todos tuvieron algo que hacer. Ya sea participar en juegos o alentar a los valientes que se enfrentaron al desafío de comer un sanguche de 70 centímetros lo más rápido posible, demostrar que tenían un paladar de acero al condimentar su sanguche con picantes, o armar tres sánguches en el menor tiempo posible.

La noche del récord

La última noche 15 sangucheros tuvieron la enorme tarea de preparar el sánguche de milanesa más grande del mundo. El pan medía algo más de 5 metros de largo, tenía un ancho de 50 cms. y pesó 100 kilos, y para rellenarlo se cocinaron 70 kilos de milanesas. Fue una tarea titánica que se coronó exitosamente y se compartió después con todos los presentes.

También hubo una elección del mejor “hacedor” del sanguche de milanesa. El primer puesto fue para la Sanguchería Tomy de Delfín Gallo que ganó 250 mil pesos; el segundo fue para La Morocha de San Miguel de Tucumán que recibió un premio de 150 mil pesos y el tercer puesto lo logró la Sanguchería San Expedito de Juan Bautista Alberdi que obtuvo 100 mil pesos.

Pero como atrás de todo sueño hay un soñador, en este caso quien tuvo la idea y logró llevarla a cabo fue Diego “Mocho” Viruel. Impulsor de la “Ruta de la Milanga” primero, y de esta Fiesta después.“Esto es el resultado de mucho trabajo y dedicación, y espero que sea la primera de muchas, ya que estamos construyendo una marca para que Tucumán crezca”, subrayó el impulsor y organizador, quien contó con el apoyo del Ente Tucumán Turismo y del Ministerio del Interior de la provincia para concretarlo.

Su gran pasión hizo que esta fiesta trascendiera las fronteras provinciales y logró que muchos argentinos transitaran las rutas para llegarse a este gran evento, que definitivamente, llegó para quedarse.